Hoy tocó el turno a Pedro Castillo, condenado a 11 años y cinco meses por el delito de conspiración para la rebelión, con su intento de disolver en diciembre de 2022 el Parlamento controlado por sus opositores que intentaban por tercera vez destituirlo.

El maestro rural que en 2021 sorprendió al ser elegido presidente contra todos los pronósticos y solo duró 18 meses en el cargo, que transcurrieron bajo fuego granado de la implacable oposición política y mediática.

Apenas ayer, el exgobernante Martín Vizcarra fue condenado a 14 años de prisión por el cargo de recibir sobornos a cambio de contratos de obras para dos empresas privadas que lo incriminan.

Perú tenía ya el récord de expresidentes presos pues lo que comenzó con el gobernante de mano dura Alberto Fujimori (1990-2001), ya fallecido tras un polémico indulto.

Se mantiene en el presidió creado para ex altos funcionarios el neoliberal Alejandro Toledo (2001-2006) condenado por corrupción por recibir cuantiosos sobornos de un consorcios brasileño-peruano de empresas constructoras y tratar de ocultar el dinero con inversiones como si fuera legal.

También el nacionalista Ollanta Humala (2011-2016), quien tiene pendiente una apelación contra la condena de 15 años recibida en primera instancia por presunto lavado de activos con aportes electorales reservados.

El antecesor de Humala, Alan García, se suicidó en abril de 2019 cuando estaba a punto de ser detenido por corrupción por presuntos sobornos de empresas brasileñas.

lb/mrs