Capilla del Hombre de Guayasamín, 23 años de arte y humanismo

Quito, 29 nov (Prensa Latina) La Capilla del Hombre, concebida por el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín como un espacio para mantener encendida la luz del humanismo y la memoria latinoamericana, cumple hoy 23 años de su inauguración.

En estos momentos, la plaza exterior del centro cultural “está viviendo un nuevo comienzo”, según comunicó la Fundación Guayasamín.

Gracias a un convenio con el Municipio de Quito, se realizan los trabajos de remodelación que “darán vida a un nuevo espacio para la cultura y el encuentro ciudadano”.

El recinto, ubicado en en el cerro Guanguiltagua del noreste de Quito, abrió el 29 de noviembre de 2002, pocos años después de la muerte del artista, y la ceremonia inaugural contó con invitados internacionales, como el líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro y el expresidente venezolano Hugo Chávez.

Ese día, Fidel afirmó que la Capilla es una “representación majestuosa de la verdad, de la historia y del destino de nuestros pueblos desde la época precolombina hasta la época contemporánea, lo cual constituye un suceso extraordinario de resonancia universal”.

Guayasamín concibió el proyecto desde la idea de que, si durante siglos se levantaron templos para los dioses, también debía existir uno dedicado al ser humano y a su dignidad.

Pablo Guayasamín, hijo del pintor, ha recordado que la obra pudo concretarse “gracias a la ayuda emocional y económica de Fidel, de Cuba y de otros amigos”, apoyo que consideró decisivo para preservar el mensaje humanista compartido entre su padre y el líder cubano.

El edificio, recubierto de piedra en homenaje a las civilizaciones originarias, alberga lienzos de gran formato que retratan la historia indígena latinoamericana, la desigualdad, el sufrimiento, la protesta y la esperanza.

Si bien las obras artísticas captan la atención del espectador, algunas frases de Guayasamín aparecen en las paredes y marcan a cualquier visitante: “Yo lloré porque no tenía zapatos, hasta que vi a un niño que no tenía pies”, “Mantengan encendida una luz, que siempre voy a volver”.

En el corazón de la Capilla está encendida no solo esa luz de la que hablaba el pintor, sino la “llama eterna por los derechos humanos”.

Declarada Patrimonio Cultural de Ecuador, la Capilla del Hombre es un monumento a la paz, a la justicia social que constituye a dos décadas de su inauguración un lugar de obligatoria visita a quienes llegan a la capital de Ecuador.

rc/avr

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