“Solo así podremos preparar a nuestros hijos para los desafíos de un mundo en rápida evolución, marcado por profundas transformaciones tecnológicas”, sostuvo el mandatario en un mensaje a propósito de los 35 años de la adopción de la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño.
“Tenemos el deber moral y político de garantizar una educación de calidad que fortalezca la alfabetización digital y científica, fomente el pensamiento crítico, valore la creatividad y promueva el aprendizaje continuo”, añadió.
Lourenço señaló que resulta imperativo desarrollar habilidades para acceder a empleos decentes y contribuir, como protagonistas, al desarrollo sostenible del continente, que a nivel global tiene la población más joven, lo que constituye un gran potencial para el progreso.
Apuntó que, desde la adopción de la Carta, hace 35 años, 51 países de los 55 miembros de la UA han confirmado su adhesión, a la vez que el continente registró avances significativos en la incorporación de esta a las leyes, políticas y prácticas nacionales.
Agregó que esto permitió la ampliación del acceso a la educación, el fortalecimiento de la inclusión de los niños y niñas marginados y el aumento de las inversiones en salud, protección social y respuesta a las crisis; además de que un creciente número de Estados presentan informes periódicos sobre el tema.
“Sin embargo, persisten profundos desafíos asociados con prácticas nocivas que siguen afectando gravemente a la infancia en nuestro continente. El matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y otras violaciones continúan y comprometen la vida, la salud y la dignidad”, remarcó el presidente.
Significó que ello requiere respuestas estructuradas y coordinadas, basadas en la cooperación entre Estados, comunidades e instituciones regionales.
Mostró, asimismo, preocupación por la situación de los niños involucrados o afectados por conflictos armados, pues en varias regiones millones de infantes siguen privados de sus derechos fundamentales, y su reclutamiento es una de las violaciones más graves de los derechos humanos.
Consideró esencial que los Estados miembros, junto con el Relator Especial sobre los Niños Afectados por los Conflictos Armados, el Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, y la Plataforma Africana sobre los Niños Afectados por los Conflictos, se comprometan con la aplicación efectiva de la Carta.
“Solo así podremos convertir los compromisos políticos en inversiones sólidas y sostenibles, capaces de generar cambios reales en la vida de nuestros niños, cumpliendo plenamente las promesas hechas hace 35 años y reafirmando, clara e inequívocamente, que la protección de la infancia seguirá siendo la prioridad de la gobernanza africana”, sostuvo.
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