Primero en una entrevista de RTVE y luego en el nivel ministerial, el Ejecutivo dio pasos para tratar de cumplir con promesas electorales con el partido independentista Junts por Cataluña, que rompió su apoyo al Gobierno recientemente.

En sus respuestas, Sánchez reconoció que tenía cercanía laboral y de partido (socialista) con el exsecretario de organización y exministro José Luis Abalos, actualmente en prisión, pero de su vida personal poco o nada sabía.

Por otra parte, el distanciamiento de Junts hizo perder a Sánchez siete valiosos votos en el Congreso de Diputados, sin los cuales es casi imposible que pueda sacar leyes o iniciativas en el Parlamento.

La portavoz del Ejecutivo y ministra de Educación, Pilar Alegría, dijo este martes en rueda de prensa que espera con las medidas adoptadas poder «seguir trabajando» con la formación de Carles Puigdemont”.

Puntualizó que las iniciativas persiguen «cumplir con los compromisos» adquiridos con las distintas fuerzas parlamentarias, aceptando lo que el propio Sánchez dijo en la entrevista y su disposición a aprobar nuevas medidas reclamadas por Junts y otras formaciones catalanas.

«La voluntad del Gobierno es seguir dentro de esa hoja de ruta cumplir con nuestros compromisos en lo que resta, en estos dos años», comentó Alegría.

De momento, el único anuncio del partido de Puigdemont es de tomar nota y subrayar que mañana miércoles se pronunciara en torno a las ideas propuestas por el Gobierno nacional.

Sin embargo, lejos de relajarse, el panorama político siguió crispado y el líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, ya avisó a Junts en la manifestación del domingo en Madrid de si su ideología es «sostener la corrupción».

Feijóo afirmó que los españoles están hartos de la corrupción del jefe del Gobierno y desafió a los socios del PSOE a no seguir tragando y retractarse porque «esto va de vergüenza o dignidad».

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