Según la Policía Nacional de Haití, citada por el diario Le Nouvelliste, este refuerzo forma parte de los esfuerzos para restaurar el orden y la seguridad pública en territorio haitiano.
Emisoras locales recordaron que hasta mayo del año en curso, los pandilleros en Haití hirieron a 20 soldados de Kenya, nación que encabezó hasta hace pocas semanas la extinta Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad sustituida por la Fuerza de Supresión de Pandillas.
La bajas entre las filas africanas materializaron las amenazas del líder pandillero Jimmy Chérizier, alias Barbecue, quien advirtió de un derramamiento de sangre a las tropas extranjeras que están desplegadas en la nación caribeña.
Barbecue advirtió a las fuerzas foráneas que iban a derramar su sangre en Haití en un intento de destruir el poder que tienen hoy los grupos armados.
Aseguró que las pandillas estaban preparadas para una larga lucha, y antes que los venza el cansancio y anuncien su retirada las fuerzas internacionales perderían a muchos hombres.
Barbecue subrayó que su coalición libra una batalla para liberar a Haití de las garras de los políticos tradicionales y los oligarcas corruptos.
A la soldados extranjeros, Barbecue les dijo: nadie puede asustarnos, hacernos creer que nos van a echar de nuestro país. Somos los hijos de Dessalines.
«No estamos haciendo una revolución pacífica, estamos haciendo una revolución sangrienta», sentenció el expolicía, quien responsabilizó a Estados Unidos, Canadá y Francia de un baño de sangre en Haití.
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