El portavoz de la Cancillería Guo Jiakun señaló que Tokio ha modificado sustancialmente su política de seguridad en años recientes, al impulsar cambios en su Constitución pacifista y relajar los límites del principio de autodefensa exclusiva.

Subrayó que Japón ha despenalizado el ejercicio del derecho de autodefensa colectiva, ampliado las exportaciones de armas y planteado modificar los «Tres Principios No Nucleares».

Indicó que autoridades japonesas han mencionado incluso la posibilidad de adquirir submarinos nucleares y desarrollar capacidades de ataque a bases enemigas.

El vocero afirmó que el gasto en defensa de Japón ha crecido de forma ininterrumpida durante 13 años y que su volumen es el segundo más alto entre los países occidentales.

Apuntó que, según datos de un centro de estudios europeo, los ingresos de las cinco principales empresas de defensa japonesas aumentaron un 40 por ciento en 2024 respecto al año anterior.

Guo recordó que, tras la Segunda Guerra Mundial, Japón no ha realizado una reflexión completa sobre sus crímenes de guerra, y numerosos ex criminales de guerra han ocupado cargos en el gobierno y en las Fuerzas de Autodefensa.

Señaló que distintos primeros ministros y altos funcionarios han visitado el santuario Yasukuni, donde se honra a criminales de guerra de clase A, y han promovido revisiones de libros de texto que minimizan la agresión militar japonesa.

Asimismo, subrayó que el revisionismo histórico en Japón no cuestiona la responsabilidad por la guerra, sino por la derrota, y que el militarismo nunca fue plenamente erradicado.

Guo reiteró que el Acuerdo de Potsdam de 1945 exige la eliminación total del militarismo japonés y sus raíces, y que el Acta de Rendición de Japón reconoce esas obligaciones como base del orden internacional posterior a la guerra.

Concluyó que la remilitarización japonesa amenaza la estabilidad regional y mundial, y llamó a la comunidad internacional a defender los logros de la victoria aliada en 1945 y a oponerse a cualquier intento de revivir el militarismo nipón.

Las declaraciones de la Cancillería ocurren en un momento crítico para las relaciones bilaterales marcado por la crisis diplomática entre Beijing y Tokio.

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