El portavoz de la Cancillería Lin Jian afirmó que tales pronunciamientos constituyen una provocación abierta al orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial y al régimen global de no proliferación nuclear.
Subrayó que Japón, como Estado no poseedor de armas nucleares y signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear, debe cumplir estrictamente sus obligaciones internacionales de no aceptar, fabricar ni poseer ese tipo de armamento.
De acuerdo con el covero, la ambición de las fuerzas derechistas de Japón de buscar la «remilitarización» es evidente.
«Como todos sabemos, muchos expolíticos japoneses han afirmado que Japón tiene la capacidad de construir armas nucleares. Japón lleva mucho tiempo fabricando y almacenando materiales de plutonio que superan con creces las necesidades reales de la energía nuclear civil», agregó.
Asimismo, indicó que esas posturas dañan gravemente la paz y estabilidad regional e internacional, y socavan los esfuerzos colectivos para preservar el sistema global de no proliferación.
Apuntó que amplios sectores políticos y sociales japoneses, así como países vecinos, expresaron rechazo a esas declaraciones y exigieron respetar los principios no nucleares.
El vocero advirtió que fuerzas de derecha en Japón impulsan una agenda de rearmamento, evidenciada también en recientes declaraciones sobre Taiwán hechas por la primera ministra nipona, Sanae Takaichi, consideradas por Beijing como peligrosas.
Las declaraciones de la Cancillería ocurren en medio de la crisis diplomática entre las dos naciones y de las advertencias de Beijing sobre el auge de la militarización en el país vecino.
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