El hecho marca el regreso de la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco) a la operación nuclear tras años de suspensión y desconfianza pública, por el desastre de Fukushima Daiichi, en marzo de 2011.
Tres reactores de la central nuclear de Fukushima sufrieron fusión de núcleo, luego de un gran terremoto y tsunami.
La planta Kashiwazaki-Kariwa, con siete reactores y una potencia de ocho mil 212 megavatios, ha estado detenida desde esa tragedia vista como uno de los peores accidentes nucleares de la historia.
Tal reapertura reaviva el dilema japonés de garantizar seguridad energética y cumplir metas de reducción de emisiones, mientras persiste el recuerdo de Fukushima.
El gobernador de Niigata, Hideyo Hanazumi, condicionó la aprobación a estrictos protocolos de seguridad y planes de evacuación.
Japón cerró sus 54 reactores tras el accidente de Fukushima, pero ha ido reactivando gradualmente algunos bajo nuevas regulaciones.
Hasta el momento, 14 de los 33 reactores operativos han vuelto a funcionar.
El gobierno central apuesta por la energía nuclear como parte de su estrategia para reducir la dependencia de combustibles fósiles importados.
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