Una persona apareció de repente desde el público, completamente enmascarada, con una capa negra y una llamativa máscara dorada, describió el medio, citando a la policía local que confirmó los hechos ocurridos durante la celebración que comenzó a las 16:30 hora local.
El sujeto, que además llevaba orejas de peluche, avanzó hasta el área del altar e interpretó una breve danza antes de ser interceptado y retirado sin resistencia por los guardias de seguridad de la catedral. Un video de su salida se viralizó en redes sociales.
A mis hijos les dio mucho miedo por un momento, declaró un hombre que asistía al servicio con su familia, en medio de la condena generalizada que generó el incidente tanto entre los presentes como en internet.
Las autoridades eclesiásticas y policiales aclararon que no fue necesaria la intervención de los agentes, nadie resultó herido y la ceremonia continuó con normalidad.
Por su parte, la policía local informó que hasta el momento no se ha presentado ninguna denuncia formal contra el intruso, por lo que no está claro si enfrentará consecuencias legales. El incidente, sin embargo, ha reabierto el debate sobre la seguridad en los grandes templos y eventos religiosos ante actos impredecibles.
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