Según el diario La Estrella de Panamá, en una declaración de la cancillería de la nación asiática se califica la estructura no solo como un elemento arquitectónico, sino como un símbolo histórico de los lazos de sangre y esfuerzo que unen a ambas naciones desde el siglo XIX .
El rotativo cita al vocero Lin Jian, quien recordó que el monumento rendía homenaje a los miles de trabajadores chinos que participaron en la construcción del Ferrocarril Transístmico y del Canal de Panamá, muchos de los cuales perdieron la vida en esas obras.
“El monumento se erigió como testigo y memorial de la histórica amistad entre China y Panamá… reconoce la integración de los chinos en las comunidades locales”, subrayó.
En su declaración oficial, la institución subrayó que el memorial reconocía la integración de la comunidad china en la sociedad panameña y la contribución histórica de esta etnia al desarrollo del país; además celebra la asimilación exitosa de la comunidad china en la identidad panameña
Ante lo ocurrido, el gobierno chino presentó una protesta formal ante Panamá, exigiendo el esclarecimiento total de los hechos, la rectificación inmediata de las irregularidades cometidas por el gobierno local y la reparación del impacto negativo causado por esta acción.
Mientras el reclamo diplomático tomaba fuerza, en el ámbito interno las autoridades panameñas activaron una investigación judicial.
La víspera, la Fiscalía Anticorrupción, Medicina Legal y la Dirección de Investigación Judicial, realizaron una inspección ocular en el área donde se encontraba el monumento para recabar información y efectuar fotografías forenses del espacio que ocupaba el monumento chino.
Las diligencias responden a investigaciones preliminares abiertas tras la demolición ejecutada la noche del sábado 27 de diciembre por orden de la Alcaldía de Arraiján.
La zona permanece acordonada por razones de seguridad, mientras avanzan las pesquisas, constató Prensa Latina.
El caso ha generado una amplia reacción nacional e internacional. El presidente de la República, José Raúl Mulino, condenó públicamente la demolición y ordenó la reconstrucción inmediata del monumento en su sitio original, en un intento por mitigar el impacto diplomático y social de la acción municipal.
Esta postura fue reconocida por el portavoz chino, quien señaló que el hecho también provocó una profunda indignación dentro de la sociedad panameña.
En redes sociales empezaron a circular versiones que afirmaban que el monumento había sido una donación del gobierno de Taiwán en 2004, lo que dio pie a especulaciones sobre una posible motivación política detrás de su demolición, vinculada al distanciamiento de la antigua relación diplomática.
No obstante, el Consejo Nacional de la Etnia China desmintió estas afirmaciones y precisó que la obra fue levantada conforme al Decreto Alcaldicio 008 de 2003 y financiada en su totalidad con recursos de la propia comunidad china establecida en el istmo.
De esta manera, el organismo recalcó que el valor del monumento es cultural e histórico, ajeno a cualquier disputa geopolítica.
Por su parte, la embajada de la República Popular China en Panamá reiteró su “profunda consternación, fuerte indignación y firme oposición”.
La representación diplomática señaló que la acción afecta un espacio que simbolizaba la amistad entre ambos pueblos y conmemoraba la contribución histórica de la comunidad china al país centroamericano.
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