Según reportes de la región surandina de Cusco, el accidente se registró en la localidad de Qorihuayrachina, en un tramo ferroviario ubicado a gran altitud y de difícil acceso.
Una locomotora se encaminaba a Machu Picchu llevando turistas y la otra retornaba a la ciudad de Cusco, capital regional, trasladando a visitantes que volvían tras recorrer las construcciones de piedra incas.
Uno de los maquinistas, Roberto Cárdenas, murió por el impacto que destrozó la parte delantera de las máquinas.
Varias horas después, los heridos aguardaban ayuda, sin que las ambulancias dispuestas para el transporte y atención puedan llegar, por lo que, según trascendió, se gestionaba el apoyo de rescatistas militares que trasladen al punto más cercano al que habían llegado las ambulancias y los equipos de asistencia médica.
El organismo de defensa de los consumidores (Indecopi) anunció una investigación sobre la afectación de derechos de los viajeros y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo emprendió coordinaciones con otros organismos estatales concernidos.
El gobernador de la región de Cusco, Werner Salcedo, declaró que lo sucedido tiene que ver con lo que llamó prioridad asignada a los negocios en torno al sitio arqueológico y ausencia de políticas culturales y de preservación de la llamada octava maravilla del mundo.
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