La gobernadora de la provincia de Maï-Ndombe, Rita Bola, adoptó la decisión a partir de las investigaciones sobre el hecho, que dejó un saldo de 86 desaparecidos, 17 cuerpos sin vida recuperados por buzos y 170 supervivientes.

El comisario fue la persona que concedió la autorización de navegación a la embarcación, a pesar de no cumplir los trámites habituales.

Igualmente debe resultar sancionado el agente de la Dirección General de Migraciones que tenía la responsabilidad de establecer el manifiesto de las personas que viajaban en el barco, pues nunca pudo proporcionar con exactitud esa información.

Ello es una clara evidencia de todas las violaciones que rodean el siniestro, apuntaron las autoridades.

La gobernadora indicó enviar una embarcación desde Inongo a Lediba para destruir el barco hundido y evacuar los cuerpos de las víctimas que seguían atrapados bajo las aguas del río Kwa.

Además, distribuyeron alimentos a los supervivientes y dieron entierro a los cuerpos recuperados.

El naufragio ocurrió la noche del lunes 11 de junio en el río Kwa, a 70 kilómetros de la ciudad de Mushie, en la provincia de Maï-Ndombe, cuando el navío La Sainteté, que se dirigía a Kinshasa, se averió tras fallarle el motor.

El comisario del río, Ren Maker, refirió en su momento que la embarcación transportaba más de 270 pasajeros y mercancías.

El presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, expresó condolencias a los familiares de las víctimas y trasmitió su solidaridad a los afectados por la tragedia.

El mandatario encargó a las autoridades competentes que tomaran las medidas necesarias para ayudar a estas personas e indicó la investigación de las verdaderas causas del “desgraciado incidente”, con el fin de evitar que una catástrofe semejante se repita en el futuro.

jcm/kmg