El titular del Mescyt, Franklin García, dijo que la inversión ha generado un total de 16 publicaciones científicas y tres solicitudes de patentes, de las cuales una se encuentra en uso por la industria nacional.
Señaló que los recursos han sido destinados, mediante el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y de Innovación Tecnológica, a respaldar las acciones del Gobierno para enfrentar los desafíos que representa el cambio climático.
Puntualizó que los proyectos abarcan áreas de ciencias básicas, el monitoreo y pronóstico de afluencia de esas macroalgas en las costas, la caracterización taxonómica y fisicoquímica y los cambios geomórficos generados.
García explicó que también se apoya la elaboración de productos a partir del sargazo para incrementar la fertilidad de suelos, la producción de carbón activado, bioplástico, materiales de construcción, papel y biocompuestos que pueden ser utilizados en las industrias farmacéutica y de cosméticos.
Refirió que en los últimos cinco años las investigaciones dominicanas se han enfocado, además, en la generación de biocombustibles a partir del sargazo, y como resultado se ha conseguido obtener bioetanol y biogás.
El ministro aseguró que el Mescyt es el principal financiador del proyecto QuisqueyaSat-1, desarrollado por el Instituto Tecnológico Dominicano (Intec), el cual lanzará un nanosatélite con tecnología nacional.
Apuntó que ese equipo permitirá monitorear y predecir con mayor precisión la llegada de la macroalga a las costas dominicanas.
Entre las instituciones que lideran la investigación y la innovación figuran el Intec, las universidades APEC, Federico Henríquez Ureña y Carvajal, Evangélica y Autónoma de Santo Domingo.
El Gobierno constituyó el año pasado el Gabinete de Lucha Contra el Sargazo, a cargo de la elaboración de propuestas y la coordinación de las políticas públicas para revertir sus efectos.
Ese organismo lo conforman los titulares de Turismo, Medio Ambiente, Economía y Planificación, y representantes de la cartera de la Presidencia y de la Asociación de Hoteles y Turismo, entre otras entidades.
República Dominicana, bañada al sur por el Mar Caribe, no se libra de estas algas provenientes de los océanos, que como una gran manta cubre sus costas y playas, conocidas en el mundo por su belleza.
Autoridades alertan que su existencia afecta a unos 14 países de la región y en el caso particular de Dominicana daña el turismo, una de sus principales actividades económicas, el desenvolvimiento de los puertos y a los pescadores.
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