Quisiéramos destacar en particular nuestra posición de principio sobre la inadmisibilidad categórica de los ataques indiscriminados, cuyas víctimas son civiles, dijo la vocera en un comunicado publicado este martes en su red social Telegram.
Zajárova también destacó la necesidad de detener la espiral de violencia antes de que la situación se salga completamente de control.
Pedimos el cese inmediato de las hostilidades, lo que evitaría un mayor derramamiento de sangre y crearía las condiciones para hacer avanzar la situación hacia una solución política y diplomática, precisó.
Según la portavoz, debe hacerse todo lo posible para evitar que Medio Oriente se sumerja en un conflicto armado a gran escala, cuyas consecuencias devastadoras afectarán inevitablemente a todos, tanto en la región como fuera de ella.
Asimismo, Zajárova expresó la disposición de Moscú a coordinar sus acciones con socios internacionales y regionales «para evitar un escenario tan catastrófico».
También recordó las recomendaciones actuales para los ciudadanos rusos de abstenerse de viajar al Líbano, y añadió que quienes se encuentren actualmente en el país deben extremar las precauciones y seguir las instrucciones de seguridad de las autoridades locales.
La víspera, Israel lanzó una oleada de ataques aéreos contra objetivos de Hizbulá en zonas residenciales del sur del Líbano. Miles de familias huyendo de los bombardeos se vieron atrapadas en una retención que bloqueó la autopista principal hacia Beirut y demoraron más de ocho horas en cubrir un trayecto de menos de 80 kilómetros.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sostienen que sus ataques están dirigidos contra Hizbulá. Según el Ministerio de Salud libanés, la oleada masiva de ataques aéreos de Israel en el sur y el este del Líbano del lunes provocaron al menos 492 muertes, y 1.645 personas resultaron heridas.
Las tensiones entre el Líbano e Israel se intensificaron después de que el ejército israelí atacara el pasado 30 de julio una casa residencial en el barrio de Haret Hreik, en el sur de Beirut, destruyendo por completo el edificio. Entre los muertos se encontraba el alto comandante de Hizbulá, Fuad Shukr.
Los días 17 y 18 de septiembre, en distintas partes del Líbano se produjeron explosiones de dispositivos electrónicos, incluidos buscapersonas y walkie-talkies, que dejaron más de 37 muertos y casi tres mil heridos, según los datos oficiales.
Hizbulá y las autoridades libanesas acusan de esas explosiones a Israel, que no ha confirmado ni negado hasta ahora su implicación.
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