La histórica ciudad de Camagüey, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, acogerá el importante evento organizado por la Uneac con el apoyo del Ministerio de Cultura, en el cual se analizarán los retos actuales para preservar las raíces cubanas.

El coloquio rendirá especial tributo a la Asamblea de Guáimaro, donde en 1869 se adoptó la primera Constitución de la República en Armas y donde Ana Betancourt realizó su memorable defensa de los derechos de la mujer cubana, marcando un hito en la historia nacional.

Durante tres días de trabajo, se desarrollarán paneles teóricos con la participación de destacadas figuras como Abel Prieto, presidente de Casa de las Américas, y el historiador Ernesto Limia, quienes abordarán el pensamiento de próceres como Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte.

El programa incluye visitas a sitios históricos de la provincia, presentaciones artísticas y un especial intercambio generacional en la Escuela Nicolás Guillén, donde los jóvenes podrán debatir sobre los desafíos culturales de la contemporaneidad.

La clausura del evento contará con la presencia del ministro de Cultura, Alpidio Alonso, y servirá para presentar una declaración final que marcará pautas en la defensa de la identidad nacional frente a los desafíos de la globalización.

Defender lo autóctono cubano constituye un acto de resistencia cultural frente a la homogenización global. En un mundo donde predominan patrones extranjeros, preservar las tradiciones, el folclor y los valores nacionales se vuelve esencial para mantener viva la identidad de la nación.

La cultura cubana, síntesis de raíces hispanas y africanas, representa un patrimonio único que debe protegerse. Desde la música hasta la gastronomía, pasando por las expresiones artísticas y el lenguaje, cada elemento autóctono es testimonio de una historia de lucha y creatividad popular.

El coloquio enfatiza cómo la defensa de lo propio no implica rechazo a lo universal, sino diálogo desde una posición soberana. Figuras como Fernando Ortiz ya alertaban sobre los riesgos de la transculturación impuesta, que puede diluir lo genuinamente cubano si no se fomenta con orgullo.

En la Cuba actual, promover lo autóctono es clave para las nuevas generaciones. Proyectos comunitarios, políticas culturales y eventos como este coloquio buscan fortalecer el sentido de pertenencia, asegurando que la cubanía – con su mestizaje y rebeldía – siga siendo faro ante desafíos ideológicos contemporáneos.

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