Después de conquistar dos triunfos en territorio hostil del Madison Square Garden, los Pacers llegan con viento a favor y la ilusión de regresar a una final de la NBA por primera vez desde el año 2000, cuando cayeron ante los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant.
El quinteto dirigido por Rick Carlisle demostró que no le pesa la historia ni la presión y se impuso el viernes 114-109 con una actuación monumental de Pascal Siakam, quien firmó 39 puntos —récord personal en postemporada—, liderando cada embestida ofensiva.
A su lado, Tyrese Haliburton fue el arquitecto silencioso del triunfo, con 14 unidades, 11 asistencias y ocho rebotes, en una noche de madurez táctica.
Pese a la derrota, los Knicks ofrecieron resistencia liderados por un incansable Jalen Brunson, que aportó 36 cartones y mantuvo con vida a los suyos hasta el último suspiro. Sin embargo, la irregularidad en momentos clave han limitado a los neoyorquinos, que llegan a este juego con la urgencia de evitar un 0-3 letal.
Los caminos hacia esta instancia fueron exigentes para ambos. Indiana despachó 4-1 a Milwaukee y repitió balance ante Cleveland, mostrando consistencia y profundidad. Los Knicks, por su parte, eliminaron primero a los Pistons (4-2) y luego a los campeones defensores Boston Celtics, también por 4-2, en una gesta que revitalizó a su afición.
El balón irá al aire a las 20:00, hora local. Esta noche puede marcar un punto de quiebre: o se enciende la remontada de Nueva York o Indiana empieza a soñar con anillos de oro.
La víspera, en la semifinal del Oeste, Minnesota Timberwolves aprovechó su localía en el Target Center, y después de caer en los dos primeros partidos ante Oklahoma City Thunder, los derrotaron con un contundente 143-101.
Anthony Edwards llevó el peso del ataque con 30 puntos, secundado por Julius Randle, quien anotó 24 cartones.
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