El hallazgo fue confirmado por el presidente de la Comisión Interventora del Instituto Nacional Penitenciario (INP), general Ramiro Muñoz.
En declaraciones a la prensa, Muñoz afirmó que esta intervención es resultado de una serie de operaciones, las cuales incluyeron el desalojo previo de los presos y la demolición de estructuras improvisadas dentro del recinto.
Durante la inspección, realizada en el módulo de procesados, se localizaron dos compartimientos clandestinos.
El primero, oculto tras una pared con un túnel improvisado, albergaba un arsenal compuesto por armas de fuego de diferentes calibres, incluidos fusiles automáticos, pistolas, revólveres, cargadores, gran cantidad de municiones y paquetes de supuesta droga.
Además, las autoridades encontraron teléfonos celulares, computadoras portátiles, radios de comunicación, routers y otros dispositivos de conectividad, además de granadas de gas.
La segunda caleta fue ubicada en el área del sanitario, donde los reclusos ahuecaron el piso para esconder más armas de largo alcance y municiones, lo cual evidencia el alto grado de planificación de estas estructuras ilícitas dentro del recinto penitenciario.
Muñoz adelantó que estos hallazgos podrían ser solo el comienzo, pues continúan ejecutando intervenciones en otros módulos del centro penal, sin descartar la presencia de más armas u objetos ocultos.
El INP reafirmó su compromiso con el restablecimiento del orden y la legalidad en todos los centros penitenciarios del país, y aseguró que continuará implementando acciones estratégicas para desarticular redes delictivas que operan desde el interior de las cárceles.
Por instrucciones del gobierno de la presidenta hondureña, Xiomara Castro, las FFAA, a través de la Policía Militar de Orden Público, asumieron en 2023 el control de todas las prisiones de la nación centroamericana, con el objetivo de erradicar acciones delictivas organizadas dentro de esos recintos.
En apoyo al INP, hasta la fecha trabajaron de manera continua en la lucha frontal contra el crimen organizado y en la recuperación del control de los centros correccionales.
A principios de mes, las autoridades penitenciarias descubrieron en la propia prisión de Támara módulos de lujo, que eran vendidos a privados de libertad hasta por 300 mil lempiras (unos 11 mil 500 dólares).
npg/edu





