“El desfinanciamiento que el gobierno nacional practica como parte de su política de férreo ajuste está afectando seriamente a los hospitales públicos y, de paso, a los servicios médicos”, dijo a Prensa Latina Cyntia, una trabajadora administrativa de ese centro quien junto a decenas de médicos, enfermeras y personal de apoyo se manifestaron por mejora salarial y contra los recortes al presupuesto.
“La falta de fondos provoca que se tengan que suspender cirugías, exámenes fundamentales para precisar tratamientos; ya más de 160 médicos han renunciado a seguir trabajando acá porque los sueldos son muy bajos, lejos de satisfacer sus necesidades para tener una vida digna”, afirmó la activista del sindicato ATE Salud.
La UBA como institución promueve y garantiza la salud pública a través de seis hospitales, el Nacional de Clínicas es uno de ellos, y a la vez estos son centros docentes que desempeñan un papel crucial en la formación y capacitación de profesionales de la salud, permitiendo la investigación médica y el avance científico.
Ofrecen programas de residencias prácticas y clínicas, fomentando el desarrollo de nuevos conocimientos y habilidades, implementando la promoción y prevención en materia de salud.
La demanda laboral de los profesionales del Hospital de Clínicas se suma a la de otros sanatorios como el Posada y el pediátrico Dr. Garrahan, de referencia nacional y regional, cuyo personal reclama desde hace cuatro semanas un aumento salarial digno.
Pablo, uno de los estudiantes de la UBA que se sumó al “Abrazo solidario” al Hospital de Clínicas, manifestó a Prensa Latina que “es necesario acompañar la demanda de médicos y enfermeras por mejores salarios y un presupuesto acorde con las necesidades del hospital, y criticó duramente la política de ajuste que “está desfinanciando a los hospitales y universidades públicas”.
Un informe de la universidad subraya que desde hace más de un año el gobierno nacional no actualiza el presupuesto para el funcionamiento de la salud pública. Desde entonces las asignaciones están estancadas.
El documento denuncia el congelamiento de fondos destinados a la atención sanitaria universitaria y alerta sobre el impacto de la inflación en el funcionamiento de la institución. El texto detalla que la última actualización del presupuesto para salud se realizó en abril de 2024 y, desde entonces, el monto permanece sin alteraciones para el ejercicio 2025.
Ese vaciamiento del presupuesto coincide con un incremento de la inflación en la Ciudad de Buenos Aires que subió el 70 por ciento desde abril del pasado año.
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