Con la elegancia de una campeona curtida y la ferocidad de quien aún tiene hambre de gloria, Swiatek, ex número uno del mundo y actual octava del ranking, desmanteló el juego de la segunda cabeza de serie con un categórico 6-1 y 6-3, sobre la hierba del TC Bad Homburg.

La vencedora de cinco torneos de Grand Slam —cuatro de ellos en Roland Garros— desplegó una versión pulida y agresiva, con cuatro saques directos, un 76 por ciento de efectividad con su primer servicio y cinco quiebres en 10 oportunidades. Su tenis fluyó con la confianza de quien ya suma 22 títulos WTA, mientras el público alemán aplaudía cada golpe con admiración creciente.

Paolini, número cuatro del mundo, campeona en Roma y reciente medallista de oro en dobles en los Juegos Olímpicos de París, no encontró antídoto ante el vendaval polaco, que la arrinconó desde el primer game con profundidad, movilidad y temple.

Swiatek espera ahora en la gran final a la ganadora del cruce entre la estadounidense Jessica Pegula y la checa Linda Nosková. Con paso firme, la polaca buscará añadir un nuevo trofeo a su vitrina y conquistar, por primera vez, la mística hierba de Bad Homburg.

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