Según el jefe de la diplomacia rusa, la Iglesia Apostólica siempre ha sido uno de los pilares fundamentales de la sociedad armenia y no debe «ser objeto de ataques injustificados sin fundamento serio».
Estamos interesados en que esta situación se resuelva lo antes posible sobre la base de la Constitución de Armenia, sobre la base del pleno respeto de los derechos de los creyentes, así como de otros derechos humanos, agregó.
El viernes pasado, un tribunal de Ereván arrestó por dos meses al arzobispo Mikael Adzhapajián, según informó su abogada, Ara Zograbián. La defensora del arzobispo calificó la decisión del tribunal de ilegal e infundada, y afirmó que la defensa tiene la intención de apelarla.
El 26 de junio, un tribunal de Ereván también arrestó al otro arzobispo de la Iglesia Apostólica Armenia, Bagrat Galstanián, opositor político del primer ministro armenio.
Las relaciones entre las autoridades armenias y la iglesia se deterioraron drásticamente después que el primer ministro, Nikol Pashinián, publicara a finales de mayo mensajes ofensivos sobre la iglesia en las redes sociales, que incluían el uso de lenguaje obsceno.
El pasado 18 de junio, el Samvel Karapetián, empresario y filántropo que defendía a la Iglesia, Samvel Karapetin, fue arrestado, lo que provocó la indignación de la comunidad armenia en todo el mundo.
Un día antes de su detención, Karapetián dijo a la prensa que «un pequeño grupo, que ha olvidado la historia de Armenia y los mil años de historia de la Iglesia Armenia, atacó a la Iglesia y al pueblo armenio».
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