La cifra de centros docentes que no abrirán sus puertas podría aumentar mañana, aunque el gobierno espera que puedan asistir a clases la mayoría de los alumnos de las 45 mil escuelas públicas diseminadas por el territorio galo.
Ante las previsiones de 40 grados centígrado, y más en algunas localidades, la agencia Météo France colocó a 16 departamentos el martes en alerta roja, el máximo nivel posible de vigilancia, y a 68 los mantuvo en la naranja, de cara a jornadas que podrían imponer récords de temperatura para los primeros días de julio.
El hecho de que 84 territorios sean colocados bajo vigilancia ya representa una cantidad sin precedentes, con solo 12 departamentos metropolitanos que no están concernidos, todos situados en la fachada norte del Atlántico.
Además del cierre de escuelas, las autoridades han fijado restricciones de circulación, mientras que en París los operadores de la Torre Eiffel adelantaron que los turistas no podrán llegar a los niveles superiores del monumento, ni mañana ni el miércoles.
Asimismo, abundan los llamamientos a las personas a mantenerse hidratadas durante el episodio canicular, a evitar los ejercicios físicos fuertes y a atender de manera particular a los más vulnerables, como los niños, los ancianos y los enfermos.
En Francia, cada ola de calor recuerda la sufrida en 2003, la cual causó 15 mil fallecidos, de ahí las preocupaciones por estos días del gobierno y de la población.
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