Un reporte publicado en el sitio digital del diario La Nuova Sardegna señala que el pasado 5 de julio se reportaron 16 siniestros en diversas zonas, y aunque en las últimas horas su número se redujo a 11, aún se mantiene el peligro de mayores afectaciones en los próximos días.

El frente más delicado se localiza en el área de Bonorva, donde las llamas arrasaron ya los pastos y fue necesario destinar tres helicópteros a las labores de extinción, pero también se enfrentan situaciones críticas en Luras, así como en Olbia, Arzachena y Posada, donde los incendios devoraron cultivos en las zonas agrícolas.

También existe preocupación por la magnitud del fuego en Assemini, por lo que equipos de bomberos junto a voluntarios y fuerzas del Arma de Carabineros actúan para evitar la expansión del mismo.

Se registraron además afectaciones en las zonas de Zerfaliu, Escolca y Giave, mientras que en esa última localidad las llamas se acercaron peligrosamente a la carretera, lo que provocó importantes interrupciones del tráfico, y se crearon barreras para tratar de impedir su llegada a granjas cercanas.

En criterio de expertos, la isla de Cerdeña enfrenta en este verano de 2025 una de las temporadas de incendios más intensas de los últimos tiempos, por lo que se instó a la población a elevar las precauciones, a mantenerse informada, y a prepararse para posibles evacuaciones.

Los analistas vaticinan que para Cerdeña, isla que depende en gran medida de la agricultura y el turismo, serán profundos a largo plazo los efectos del aumento y magnitud de estos desastres, como consecuencia del cambio climático.

Las secuelas en el medio ambiente y la economía de esa sureña región del país se mantendrán durante años, consideran los especialistas.

jha/ort