Diversas asociaciones alzaron la voz por el crimen de los compañeros Ramón Rivas y Carlos Rivas, padre e hijo, emboscados este jueves por hombres fuertemente armados cuando se dirigían hacia su lugar de trabajo en Tocoa, en el norteño departamento (región) de Colón.
Según la Plataforma Agraria, que agrupa a campesinos y cooperativas que buscan recuperar tierras entregadas durante la reforma agraria y posteriormente adquiridas por agroindustriales, ya son cuatro los lugareños asesinados en un apenas un mes.
Estas muertes son parte de una escalada de violencia, que busca quebrar la lucha campesina y continuar con el despojo de tierras recuperadas por la vía de la organización y la resistencia popular, denunciaron la Plataforma Agraria y el Comité de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras.
“Este hecho de violencia es producto de la impunidad y de las operaciones que desarrollan los grupos criminales en la región del Bajo Aguán para continuar con el despojo continuado de las tierras de la reforma agraria”, expresaron en un comunicado.
Revelaron que Rivas y su hijo eran familiares de Hipólito Rivas, también masacrado junto a su vástago Javier Rivas el 12 de febrero del 2023, en circunstancias muy similares.
Además, criticaron que las instituciones de investigación hayan sido inoperantes para capturar a los criminales que mantienen el terror en las comunidades. Exigimos justicia por ellos y por los más de 180 campesinos asesinados en el Bajo Aguán, afirmó en otro mensaje el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras.
A principios de mayo, el Ministerio Público (Fiscalía) presentó requerimiento fiscal contra una estructura criminal, señalada por su participación en hechos violentos que provocaron el desplazamiento masivo de familias campesinas en el norte del país.
La Fiscalía acusó a 15 miembros de la organización delictiva denominada Los Cachos, por su presunta participación en una serie de acciones violentas ocurridas entre diciembre de 2024 y febrero de 2025 en Colón.
Según las investigaciones, esta banda está implicada en el desplazamiento forzoso de más de 460 familias campesinas en el Bajo Aguán, foco de un viejo enfrentamiento agrario por la disputa de tierras entre agricultores organizados y grandes terratenientes.
Durante años, el conflicto en esa región del Caribe hondureño resultó en múltiples asesinatos, desalojos y criminalización de líderes campesinos.
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