El presidente Bernardo Arévalo trasmitió anoche su solidaridad con las familias impactadas y aseguró que activaron el sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) para una respuesta rápida y efectiva. También –subrayó en su perfil en la red social X- instruí a que las instituciones presten todo el apoyo necesario en estos momentos, mientras pidió pido mantener la calma y seguir la información oficial.
Bomberos Voluntarios reportaron daños graves en viviendas y comercios de los municipios de Comapa y Zapotitlán, mientras el 65 por ciento de la primera demarcación se encontraba sin energía eléctrica.
Familias completas aglomeradas en las calles ante el temor, según reportes locales, debido además al fuerte aguacero que caía en la región, pedían respaldo con carpas para continuar a la intemperie.
Vecinos organizados habilitaron el paso entre Valle Nuevo y Comapa, después de que grandes rocas cayeran en la carretera.
A sugerencia de la Conred, la dirección departamental de Educación suspendió las clases presenciales en Jutiapa para este miércoles en escuelas de todos los sectores.
En conferencia de prensa, especialistas del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) informaron 29 temblores desde los de 5,4 y 5,8 en la tarde, 20 sensibles.
Explicaron la relación de estos eventos con los movimientos telúricos en el oriente del país, particularmente con la falla de Jalpatagua, zona con antecedentes que podría continuar generando actividad de moderada intensidad.
Solo transcurrieron 21 días del enjambre que dejó siete muertos y destruyó cientos de casas y edificios, sobre todo en Santa María de Jesús, Antigua Guatemala, ambos de Sacatepéquez, y Palín, Escuintla.
Guatemala vivió una tarde tensa, de pánico, ese 8 de julio con varios temblores de magnitudes 5,2 y 5,6, seguidos de más de 350 réplicas durante el resto de la semana.
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