El temblor se produjo durante la noche frente a la costa de esa península, una franja aislada a lo largo del océano Pacífico y los residentes allí huyeron tierra adentro cuando olas de 4,8 metros causaron inundaciones.
Tras el movimiento telúrico, Hawái emitió una alerta de tsunami y órdenes de evacuación. Gran parte de la costa oeste, incluyendo California, el estado de Washington y la provincia canadiense de Columbia Británica, recibieron similar advertencia.
Pero ya en la mañana de este miércoles muchas de las alertas se habían reducido, aunque la costa oeste permaneció con una sección cerca de la frontera entre California y Oregón bajo este aviso.
El gobernador de Hawaii, Josh Green, informó que, aunque ya se han registrado varias olas de tsunami —algunas superiores a metro y medio de altura—, no se han reportado daños materiales ni víctimas. “Todo está bien hasta ahora. No hemos visto una gran ola, lo que es un gran alivio”, declaró en conferencia de prensa.
“Esperamos al menos dos o tres horas más antes de poder dar el ‘todo despejado’. Por ahora, todo bien, pero no queremos que nadie baje la guardia”, señaló.
Las autoridades cancelaron todos los vuelos desde y hacia Maui, lo que dejó a unas 200 personas refugiadas en la terminal aérea, mientras la Guardia Costera cerró todos los puertos comerciales y desplazó buques y aeronaves.
Amplias zonas de la costa de Alaska ya no tienen alertas de tsunami. Las autoridades locales y federales mantienen el monitoreo activo de los niveles del mar e instan a la población a seguir las instrucciones oficiales y mantenerse alejados de las zonas costeras hasta nuevo aviso.
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