Los choques se intensificaron en la estratégica zona de Tal Hadid, al oeste de la provincia, tras un contraataque lanzado por las fuerzas gubernamentales para recuperar el control del enclave, ocupado previamente por facciones locales drusas.
Según los reportes, al menos tres agentes de las fuerzas de seguridad gubernamentales perdieron la vida y otros 10 resultaron heridos, varios de ellos en estado crítico.
Por parte de los grupos armados locales, se reportó la muerte de un combatiente durante los enfrentamientos.
La escalada de violencia coincidió con una serie de ataques aéreos israelíes sobre el sur de Siria, en particular en las gobernaciones de Deraa y Sweida, en un contexto de creciente tensión en la zona fronteriza.
Tal Hadid, un promontorio de alto valor estratégico en la región rural occidental de Sweida, domina geográficamente áreas densamente pobladas como al-Tha’la y controla rutas vitales que enlazan el centro provincial con sus zonas periféricas, lo que lo convierte en un punto clave para el control militar en el sur del país.
En este contexto, el Ministerio del Interior sirio emitió una declaración en la que reafirmó que, desde el anuncio del acuerdo de alto el fuego en Sweida, el Estado ha desplegado esfuerzos constantes, tanto civiles como militares y de seguridad, para consolidar la paz y restaurar la estabilidad en la región.
La institución denunció que, pese a la voluntad del gobierno de garantizar la seguridad de los ciudadanos, persisten campañas mediáticas y sectarias impulsadas por bandas armadas rebeldes con el objetivo de socavar la tranquilidad en la provincia.
Asimismo, subrayó que dichas bandas insisten en arrastrar a la región hacia el caos, ignorando los esfuerzos nacionales por mantener la paz. El acuerdo de alto el fuego en Sweida, mediado por Estados Unidos, entró en vigor el 21 de julio y había logrado una relativa calma hasta la reanudación de los combates.
De acuerdo con estimaciones oficiales, el número de víctimas mortales a causa de los enfrentamientos armados en Sweida y los bombardeos israelíes registrados durante el mes de julio supera los mil 500 fallecidos, entre ellos civiles residentes en la provincia y efectivos de las fuerzas del orden.
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