La falta de un reconocimiento claro de la agresión de Ruanda contra la RDC bajo la cobertura del Movimiento 23 de Marzo (M23) resultó uno de los cuestionamientos fundamentales formulados al Pacto Social por la Paz y el Bienestar Conjunto en la República Democrática del Congo y los Grandes Lagos.
Esta iniciativa, originalmente propuesta por la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (Cenco) y la Iglesia de Cristo en el Congo (ECC), fue analizada por la CIC a petición del presidente congoleño, Félix Tshisekedi, con el propósito de enriquecerla.
La víspera, representantes del CIC presentaron el informe de la evaluación de sus expertos sobre el Pacto, en el cual apuntaron la existencia, además, de un desequilibrio geográfico en el análisis de seguridad, pues se centra en el este del país en detrimento de otros focos de tensión, reseñó Actualité.CD.
Otros aspectos cuestionados fueron la falta de reconocimiento explícito de logros constitucionales fundamentales, como la inviolabilidad de fronteras; así como el riesgo de rechazo del proceso por parte de actores con poca participación y un alto potencial de conflicto.
También aludieron a un alcance geopolítico poco definido dentro de la propuesta, que puede diluir las prioridades nacionales dentro de la lógica subregional.
El CIC reunió a líderes religiosos de las Comunidades Unidas del Despertar; el Consejo Superior Chií de la República Democrática del Congo; la Iglesia de Jesucristo del Espíritu de la Verdad; la Unión de Iglesias Cristianas del Espíritu Santo/MPEVE YA LONGO; la Comunidad Islámica; la Iglesia No Confesional, y el Nuevo Apostolado Auténtico, entre otros.
El Pacto Social por la Paz constituye una iniciativa liderada por la Cenco-ECC que durante tres meses ha sido sometida a consulta con diversos actores dentro y fuera de la RDC, en busca de consenso para una paz duradera.
Su evolución ha transcurrido de forma paralela a los procesos de paz con la mediación de Qatar y Estados Unidos, con muy buena acogida dentro del círculo congoleño, por considerar que la verdadera fórmula para el callar de las armas en la RDC solo puede venir desde dentro del país.
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