«Ucrania venía desarrollando en secreto su propio programa de misiles con tecnologías y reservas heredadas de la URSS, y planeaba usar los Sapsan para ataques en el interior de Rusia con el consentimiento de representantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)”, dice el comunicado publicado este jueves.
Sin embargo, sus planes se vieron malogrados gracias al esfuerzo conjunto del FSB y las Fuerzas Armadas de Rusia», añade la nota.
Según el texto, las instalaciones del sector de defensa ucraniano implicadas en el desarrollo de dichos sistemas de misiles fueron destruidas gracias a una operación conjunta del FSB y el Ministerio de Defensa de Rusia.
Por los materiales recopilados por la seguridad rusa, los misiles Sapsan tendrían un alcance de 500 a 750 kilómetros, lo suficiente para alcanzar ciudades como Moscú, Kaluga, Tula, Vladimir o Donetsk en el territorio de Rusia, así como Minsk y Vítebsk en Belarús.
El FSB sostiene que «se ha confirmado la participación de Alemania en la financiación del programa ucraniano de fabricación de misiles balísticos de largo alcance».
En mayo pasado, el canciller federal de Alemania, Friedrich Merz, prometió durante una rueda de prensa conjunta con el líder ucraniano, Vladimir Zelenski, que Berlín apoyaría a Kiev en el desarrollo de armas de largo alcance.
En el programa de los Sapsan, según el FSB, participaban las plantas ucranianas PCZ y PMZ que se encuentran en la ciudad de Pavlogrado, en la región de Dniepropetrovsk, así como la fábrica Zirka, situada en la ciudad de Shostka, en la región de Sumi.
Dichas fábricas quedaron inutilizadas por ataques del Ejército ruso, según confirman las imágenes satelitales, medios técnicos e información de fuentes abiertas.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso precisó en un comunicado aparte que los ataques contra «oficinas de diseño, plantas de combustible para cohetes y líneas de ensamblado» se llevaron a cabo en julio pasado con misiles emplazados en tierra, mar y aire, así como vehículos aéreos no tripulados.
Simultáneamente fueron destruidos los medios de defensa aérea desplegados para proteger dichas instalaciones, particularmente, cuatro lanzadores de sistemas Patriot y una estación de radar AN/MPQ-65 de fabricación estadounidense en la región de Dniepropetrovsk.
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