Solo el acompañamiento de los franceses podrá cambiar las cosas, señaló el mandatario al diario Le Parisien, a pocos días del fin de las vacaciones y del comienzo de un período clave, con las discusiones parlamentarias sobre el presupuesto, las protestas de taxistas y sindicatos y la amenaza de censura en su contra en el menú de septiembre.

Bayrou presentó el mes pasado un plan marcado por la austeridad, con más de 43 mil millones de euros en ahorros y recortes, y medidas polémicas como la eliminación de dos días feriados, sin remuneración adicional para los trabajadores.

La oposición, tanto la izquierda como la extrema derecha, retomó la amenaza de la censura, la cual ya derrocó en diciembre con el voto de ambas fuerzas en la Asamblea Nacional al entonces primer ministro, Michel Barnier, mientras diversos sectores anunciaron la intención de bloquear al país el 10 de septiembre, llamado que encuentra un amplio respaldo en la opinión pública, según encuestas.

Para el jefe de Matignon, esa no debería ser la respuesta ante el escenario de desafíos con el que lidia Francia, pidiendo a la ciudadanía que evite un septiembre de “descomposición”.

El país enfrenta riesgos y la respuesta es bloquearlo, esgrimió Bayrou, quien con menos de un 20 por ciento de aprobación coquetea con la etiqueta del primer ministro más impopular de la V República, la cual inició en 1958.

Desde la oposición condenan un plan del presupuesto que apunta a ahorrar dinero a expensas de los trabajadores y de los más vulnerables, cuestionamiento que el gobierno trata de neutralizar alegando la grave situación financiera, con colosales déficit y deuda públicos.

Bayrou realizará el lunes una rueda de prensa para preparar la etapa que se avecina, en la que podría tener ante sí un peligro real de censura.

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