Los directivos del sector, que representa cerca del ocho por ciento del Producto Interno Bruto nacional y genera miles de empleos directos e indirectos, experimentan un creciente temor por el impacto de la violencia en la imagen del país como destino seguro, añade la pesquisa, según Teletica.com.
El Instituto Costarricense de Turismo informó que refuerza ante esta situación la presencia de la Policía Turística en zonas como Tamarindo, Playa Panamá, Cahuita, Santa Teresa y próximamente Jacó, mediante convenios con el Ministerio de Seguridad Pública.
La institución destinó, además, sumas millonarias a la Cruz Roja Costarricense para fortalecer la seguridad en playas, y trabaja junto con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes en la señalización vial de las principales rutas turísticas.
El ICT oficializó la donación, en esa misma línea, del paradero lacustre de Charrarra a la Cruz Roja, para capacitar al personal de la institución y ejecutar programas especializados de atención de emergencias, con el objetivo de brindar mayor tranquilidad tanto a visitantes como a comunidades locales.
La preocupación internacional también se hizo presente, cuando en febrero el gobierno de Canadá emitió una alerta a sus ciudadanos que visitan Costa Rica, debido al incremento de hechos delictivos.
El ciudadano canadiense Christopher Dier fue asesinado en julio durante un asalto cuando paseaba con su esposa, mientras el 7 de agosto el estadounidense Jonathan Cuthbert fue víctima de un robo con violencia en su vivienda.
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