El presidente del país, Prabowo Subianto, se vio forzado a revertir la disposición de un aumento salarial para los diputados, pero sindicatos y grupos estudiantiles demandan también mejoras en las condiciones laborales y la financiación de programas educativos, entre otras necesidades.

Imágenes de la muerte de un joven atropellado por un vehículo policial frente al Parlamento, el jueves anterior, desató la ira de varios manifestantes que acudieron el viernes a la sede central de la Policía a demandar justicia y una investigación rigurosa sobre el incidente.

Los enfrentamientos con la unidad de élite de la policía paramilitar, en esta capital, produjeron escenas violentas que desataron otras protestas en distintas ciudades del archipiélago, como Yogyakarta, Bandung, Semarang y Surabaya en Java, y Medan en la provincia de Sumatra del Norte.

Solo en Macasar, en la isla oriental de Célebes, cuatro protestantes fallecieron, en tanto el gobierno condenó el saqueo de la casa del ministro de Finanzas.

A Prabowo no le quedó más remedio que cancelar un viaje previsto para esta semana a China, donde pretendía asistir a un desfile militar conmemorativo del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Por su parte, el ministro de Defensa, Sjafrie Sjamsoeddin, instó a militares y policías a tomar “acciones firmes” contra “alborotadores y saqueadores” y ordenó custodiar el Parlamento con una caravana de vehículos armados.

Recientes reformas y escándalos relacionados con la clase política han generado un amplio rechazo popular que se canaliza a través de manifestaciones masivas, donde se exige justicia, mayor transparencia y transformaciones políticas profundas.

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