Según el vocal de ese órgano del Estado Gustavo Ávila, la medida busca garantizar la transparencia y fiabilidad de los datos que reciben los ciudadanos durante el proceso comicial.
Ávila explicó que la Sala Plena evalúa en estos momentos la propuesta de convocar a las firmas registradas para publicar ese tipo de estudios y trabajar en conjunto con la unidad de fiscalización del TSE en la definición de procedimientos y requisitos más rigurosos.
Subrayó que esta determinación aún no fue tomada oficialmente, sin embargo, destacó que la facultad para realizar encuestas está contemplada en el calendario electoral.
Describió que el objetivo es establecer parámetros claros y estrictos para asegurar que la información difundida sea confiable y respalde el derecho al voto informado de la ciudadanía.
“El TSE apuesta por dar certidumbre al ciudadano -aseguró Ávila-, sin coartar la información, pero respetando el derecho al voto informado con datos certeros y seguros, sobre todo”.
Esta iniciativa surge tras diversas críticas de la ciudadanía, legisladores nacionales y medios de comunicación respecto a la falta de precisión y calidad de las encuestas publicadas antes de la primera vuelta del pasado 17 de agosto.
Sobre el particular, la revista Correo del Alba consideró que tres encuestadoras habilitadas por el TSE y una cuarta financiada directamente por el empresario nacido en Bolivia y nacionalizado estadounidense, Marcelo Claure, “midieron un país que simplemente no existe».
Recordó Correo del Alba que colocaron a candidatos como Samuel Doria Medina o Jorge “Tuto” Quiroga en los primeros lugares, mientras relegaban a Rodrigo Paz a un papel marginal, incapaz de superar siquiera el 10 por ciento.
“¿Qué ocurrió el día de la elección? Rodrigo Paz saltó al 32 por ciento y quedó como favorito para la segunda vuelta. Es decir, 23 puntos por encima de lo que pronosticaron las encuestas. ¿Alguien puede seguir hablando de margen de error? ¿Puede alguien sostener seriamente que un 23 por ciento de diferencia entra dentro del famoso ±2 puntos porcentuales?”, preguntó la revista.
Sostiene la publicación que se trata de manipulación mediática, lo cual conocen los medios, que repiten esas cifras en todos sus noticiarios, lo reiteran «panelistas con una seguridad apabullante, como si sus opiniones fuesen verdades científicas (…)”.
“Pero no analizan el error -concluye Correo del ALBA-, no cuestionan la metodología, no revisan los sesgos. ¿Por qué? Porque forman parte de una estrategia que busca construir un clima de opinión favorable a una derecha que no puede ganar en las urnas si no es con ayuda del aparato mediático”.
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