El equipo coordinará esfuerzos para mejorar la prevención, control y manejo de las enfermedades que afectan al ganado. Acorde con un comunicado al efecto, reportará directamente a las mesas de trabajo sobre la cadena de valor ganadera, que reúne a todos los actores del sector.
La medida responde a la persistencia de brotes de FMD en varias provincias. En ese sentido, Steenhuisen advirtió que el equipo garantizará una mejor coordinación, cumplimiento y responsabilidad en el manejo de estos brotes.
La iniciativa surge tras una reunión estratégica (Bosberaad) celebrada en julio entre el Departamento de Agricultura y el Consejo de Investigación Agrícola (ARC), donde se identificaron fallas en la respuesta actual debido a la fragmentación y falta de coordinación y controles efectivos.
Entre las principales acciones propuestas destacan la revisión de zonas de control, ampliación de capacidad para muestreos y diagnósticos, acceso incrementado a vacunas, y fortalecimiento de los sistemas de identificación y trazabilidad del ganado.
También se enfatizará acerca de la necesidad de reforzar la bioseguridad para que las medidas de contención sean efectivas.
Respecto a la vacunación, Steenhuisen confirmó la adquisición de 900 mil dosis de vacuna contra FMD, compradas al Instituto de Vacunas de Botswana.
Las primeras 500 mil dosis llegaron en junio y fueron utilizadas en provincias como KwaZulu-Natal, Mpumalanga, Limpopo, Gauteng, Northwest y Free State.
Recientemente, arribaron las restantes 400 mil dosis, de las cuales unas 50 mil ya fueron distribuidas.
Actualmente, existen 274 brotes de fiebre aftosa sin resolver en provincias como KwaZulu-Natal, sureste del país, Gauteng, centro, y Free State, también centro, con presencia confirmada en sistemas ganaderos comerciales, de cría, alimentación, lácteos y comunales.
KwaZulu-Natal continúa siendo el epicentro, con 180 brotes activos y propagación hacia Mpumalanga y otras regiones.
El Ministro hizo un llamamiento urgente a los productores a cumplir las normativas sanitarias y de bioseguridad, denunciando prácticas irresponsables como el traslado de animales enfermos o el tratamiento privado sin notificación oficial, que amenazas la erradicación definitiva de la enfermedad.
“La cooperación total con los veterinarios estatales y la denuncia inmediata de casos sospechosos son esenciales para proteger la industria ganadera y la economía nacional,” concluyó Steenhuisen.
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