El Pacto Africano de Innovación Climática (ACIC) y el Fondo Africano para el Clima (FCA) fueron establecidos por iniciativa del primer ministro etíope, Abiy Ahmed, al concluir la ACS2 celebrada del 8 al 10 de septiembre en el Centro Internacional de Convenciones de Addis Abeba.

Ahmed propuso que el ACIC y el FCA al destacar el potencial de África para impulsar soluciones climáticas, en lugar de ser simplemente una víctima del cambio climático.
Los líderes africanos adoptaron oficialmente la Declaración de Addis Abeba sobre el Cambio Climático y el Llamado a la Acción, lo que marca un hito histórico que sitúa al continente a la vanguardia de la acción climática global.
La Declaración instó a fortalecer el apoyo a iniciativas lideradas por África, como la Iniciativa de la Gran Muralla Verde de la Unión Africana, la Iniciativa de Restauración del Paisaje Forestal Africano y la Iniciativa del Legado Verde de Etiopía, según el comunicado de prensa conjunto.
Se espera, reveló el texto, que la ACIC y la ACF movilicen 50 mil millones de dólares anuales para acelerar la innovación y ampliar esas soluciones climáticas en los sectores de la energía, la agricultura, el agua, el transporte y la resiliencia, con el objetivo de alcanzar un total de mil para 2030.
Los participantes de la cumbre enfatizaron que la financiación para la adaptación es una obligación legal de los países desarrollados, no una obra de caridad, y debe otorgarse mediante subvenciones, en lugar de préstamos que podrían agravar la carga de la deuda de África.
Otro momento destacado en el comunicado conjunto fue el acuerdo histórico alcanzado para poner en funcionamiento el Fondo Africano para el Cambio Climático, apoyado por el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) mediante bonos verdes y otros instrumentos de financiación innovadores adaptados a las realidades de África.
Los jefes de Estado y de Gobierno pidieron una reforma urgente de los bancos multilaterales de desarrollo para reducir los costos de los préstamos y ampliar la representación del continente en la gobernanza financiera mundial.
Por otra parte, entre los compromisos clave anunciados durante la cita de alto nivel se encuentran que el Gobierno de Dinamarca prometió 79 millones de dólares para apoyar la transformación agrícola.
Mientras que Italia reafirmó la disposición de aportar cuatro mil 200 millones de dólares al Fondo Climático Italiano, destinando el 70 por ciento a África, mediante la firma de un memorando de entendimiento con Etiopía.
Las instituciones financieras africanas, como el BAfD, el Bando Africano de Importación y Exportación, Africa50 y la Corporación Financiera Africana, firmaron un Marco de Cooperación para poner en funcionamiento la Iniciativa de Industrialización Verde de África,
Esta última, respaldada por 100 mil millones de dólares para impulsar el crecimiento verde y la industrialización climáticamente inteligente.
Precisó el texto que la segunda fase del Programa de Aceleración de la Adaptación en África, cuyo objetivo es proteger del cambio climático los sistemas alimentarios, la infraestructura y las zonas urbanas, contará con una inversión de 50 mil millones de dólares para 2030.

Se impulsó la Agenda Misión 300 y la Iniciativa de Cocina Limpia, las cuales buscan proporcionar acceso a energía moderna a 300 millones de africanos y soluciones de cocción adecuadas a 900 millones en la próxima década.
Por último, los participantes en la ACS2 instaron a que la participación de África en la inversión mundial en energía renovable aumente del dos por ciento a al menos el 20 por ciento para 2030, y respaldaron la Estrategia de Minerales Verdes, garantizando que el cobalto, el litio, el cobre y las tierras raras contribuyan tanto a las cadenas de suministro de energía limpia mundial como al desarrollo industrial local.
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