Según divulgó la televisión local, el artefacto estalló mientras los menores pastoreaban ovejas. Uno de los niños murió en el acto, mientras que el segundo, gravemente herido, falleció poco después debido a la gravedad de sus lesiones.

Este trágico suceso se suma a otros recientes provocados por municiones remanentes del conflicto. Días atrás, tres infantes resultaron heridos en la ciudad de Muhaja, en el norte de Deraa, tras la explosión de una bomba de racimo también dejada por la guerra.

En un informe publicado a principios de julio último, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) confirmó que entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2025, al menos 390 civiles, incluidos más de 100 menores, murieron en Siria a causa de municiones sin detonar, mientras que más de 500 personas resultaron heridas.

La OCHA advirtió que la contaminación por explosivos continúa teniendo un impacto letal en diversas regiones del país.

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