Así lo destaca este domingo un análisis que publica el Diario El Salvador, suscrito por Ignacio Bartesaghi, doctor en Relaciones Internacionales y director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay, al valorar las muchas iniciativas internacionales lanzadas por China en los últimos años.
En 2001 se creó la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), una entidad política integrada por China, India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Rusia, Tayikistán, Uzbekistán y Belarús, y según precisó el experto esto es parte de esa política de participación global.
Desde Occidente, la prensa internacional no le otorgó importancia a esta organización, con la excepción de su reciente cumbre realizada entre el 31 de agosto y el 1.° de septiembre de 2025, en la ciudad de Tianjin, ya que entre otros mandatarios estuvieron Putin y Modi, una clara señal de estas naciones frente a las políticas seguidas por Trump, aseveró Bartesaghi.
Además de la OCS, el otro gran proyecto chino es sin duda la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) lanzada por Xi Jinping, en 2013, en Kazajistán, un esfuerzo inicialmente focalizado en inversión en infraestructura que buscaba emular la Antigua Ruta de la Seda.
Subrayó que es clave que la Franja y la Ruta se haya lanzado en Kazajistán, además de mejorar sus conexiones logísticas con Europa, África y en menor medida con América Latina.
Suele desconocerse, valoró, que desde tiempo atrás existen trenes que llegan desde diversos puntos de China a Europa, conexión logística que en el marco de la IFR ha sido mejorada en términos de eficiencia con cuantiosas inversiones en puertos, facilidades logísticas, redes ferroviarias, ya sea dentro de China como en otros países miembros de la IFR.
Desde occidente, puntualizó, Bartesaghi se intenta ignorar o de cierta forma denostar a la IFR en términos de sus resultados, especialmente cuestionando los montos invertidos en su marco.
Asimismo, señaló tanto desde Estados Unidos como desde la propia Unión Europea se ha criticado a los países que integran la IFR, con presiones diplomáticas muy fuertes, como ha ocurrido en el caso de Italia en la Unión Europea o el caso de Panamá en América Latina.
Los avances de China en inversiones estratégicas en Brasil (corredor bioceánico) o el mismo puerto de Chancay en Perú también han generado una reacción desde Estados Unidos, que seguramente hipotecarán las relaciones de estos dos países con la potencia del norte (Brasil aún no es miembro de la IFR).
Remarcó el académico que el gigante asiático enfrenta enormes desafíos debido a su compleja relación con Estados Unidos y en menor medida con Europa, pero debe tenerse en cuenta que sus grandes proyectos siguen su curso y el rumbo no se ha modificado.
Además, concluyó, su apuesta al multilateralismo y cooperación en su sentido más amplio seguirá siendo una parte central de su política exterior.
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