Las remesas representan hoy una parte importante de la economía de El Salvador, al aportar el 24 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), lo cual las convierte en la principal fuente de ingresos del país, superando a las exportaciones, la inversión extranjera y el turismo.
La caída se produjo incluso pese a un incremento de la llegada de fondos al país, algo que algunos atribuyen a que familiares envían más dinero previendo que más adelante no lo puedan hacer por las medidas restrictivas de la Casa Blanca y por la deportación de inmigrantes.
La información aparece reflejada también en la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) publicada por el BCR y según la cual el total de personas que recibieron remesas pasó de un millón 626 mil 357 en 2023 a un millón 575 mil 815 en 2024, un descenso de 50 mil 542 beneficiarios.
A pesar de que disminuyeron los beneficiarios el país recibió ocho mil millones 479 mil 70 dólares, lo que representó un alza del 2,5 por ciento en comparación con 2023.
En Estados Unidos residen más de dos millones de salvadoreños, la mayoría con estatus legal, pero un notable por ciento vive en la sombra y de ser deportados las ayudas familiares disminuirán.
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