“El T-MEC es ley en Canadá, Estados Unidos y México. Se pasó por el Congreso. Entonces, si quisiera cambiarse, pues tendría que hacerse una revisión muy profunda”, afirmó la gobernante durante su habitual conferencia de prensa.
La jefa del Ejecutivo respondió así a una pregunta sobre los comentarios realizados la víspera por Trump en un encuentro con el primer ministro canadiense, Mark Carney, acerca de la posibilidad de acuerdos bilaterales.
“También puede ser que en el proceso de revisión del T-MEC, pues haya reuniones bilaterales, no todas sean trilaterales, porque hay algunas cosas importantes entre México y Estados Unidos, Estados Unidos y Canadá y Canadá y México”, dijo este miércoles la dignataria.
“Es decir, no necesariamente todas tienen que ser trilaterales”, agregó la mandataria, al precisar que, además de lo manifestado por el republicano, su administración no tiene ninguna información adicional de cómo se van a llevar a cabo las revisiones.
Hizo referencia a los cerca de 50 puntos referidos por Estados Unidos sobre supuestos problemas de México frente al tratado comercial, muchos de los cuales se están aclarando, porque “no necesariamente es la visión que ellos tienen”.
Existen, añadió, “algunas que están planteando que nosotros no estamos de acuerdo y se revisan. Estamos en esa revisión de estos puntos. La mayoría ya han sido –por lo menos desde nuestro punto de vista-, resueltos, y la revisión formal todavía no se abre”.
Mencionó el inicio de las consultas territoriales encabezadas por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, en todo el país para recibir opiniones de pequeños, medianos y grandes empresarios de cara a la revisión del T-MEC, prevista para el próximo año.
“La situación es que el gobierno de Estados Unidos tiene una posición distinta ahora respecto a una serie de sectores, como automotriz y acero, que tenemos ahí todavía en revisión, pero la mayor parte del tratado se está respetando y creemos que nos va a ir bien. Somos optimistas”, apuntó.
Si bien sobre México pesa una tarifa del 25 por ciento en el caso de los productos fuera del tratado entre esta nación, Estados Unidos y Canadá, además de los aplicados sobre otros como acero o autos, la enorme mayoría de sus ventas a aquella nación se mantiene libre de aranceles.
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