Según informó el portal del canal Syria TV, el Ministerio de Asuntos Exteriores del Líbano fue notificado oficialmente de esta decisión a través de la embajada siria en Beirut.
La medida coincide con la visita a la capital libanesa del ministro sirio de Asuntos Exteriores, Asaad Al-Shaibani, la primera de un alto funcionario de Damasco desde la caída del expresidente Bashar al-Assad en diciembre de 2024.
Al-Shaibani arribó a Beirut acompañado por una delegación de alto nivel, integrada por el ministro de Justicia, Mazhar Al-Weiss; el jefe de Inteligencia, Hassan Al-Salameh; y el viceministro del Interior, Abdul Qader Tahan. La delegación mantuvo reuniones con su contraparte libanesa, encabezada por el canciller Youssef Raji, con quien acordaron establecer comités conjuntos para abordar los principales asuntos pendientes entre ambas naciones.
En declaraciones a la prensa, el jefe de la diplomacia siria destacó que la nueva etapa en la política exterior siria se basa en el respeto a la soberanía libanesa y en el compromiso con una relación transparente y equilibrada.
Queremos superar los obstáculos del pasado. Fuimos víctimas de la mala gestión política entre ambos países, afirmó el diplomático.
El Consejo Supremo Sirio-Libanés fue creado el 22 de mayo de 1991 en virtud del Tratado de Hermandad, Cooperación y Coordinación firmado entre los entonces presidentes Elias Hrawi del Líbano y Hafez Al-Assad de Siria, como mecanismo de alto nivel para regular las relaciones bilaterales tras el fin de la guerra civil libanesa.
Durante los años noventa y principios de los 2000, el Consejo desempeñó un papel central en la coordinación política, militar y económica entre Beirut y Damasco, en un contexto marcado por la presencia militar siria en el Líbano. Tras el retiro de las tropas sirias en 2005, su papel se redujo notablemente, aunque no fue disuelto formalmente.
Analistas regionales interpretan esta suspensión como un intento del nuevo gobierno sirio de redefinir las bases de la relación bilateral, alejándose de estructuras heredadas del pasado y privilegiando una diplomacia basada en el respeto mutuo, la institucionalidad y los intereses compartidos.
mem/fm





