Al salir del Elíseo, donde el jefe del Estado recibió a dirigentes de diversos colores, la primera secretaria de Europa Ecología los Verdes se mostró consternada por las conclusiones del encuentro, al que no asistieron Agrupación Nacional y La Francia Insumisa, fuerzas que rechazan negociar y exigen elecciones para que el pueblo decida.

Salimos sin respuestas, solo que el primer ministro no será de nuestro campo, dijo Tondelier a la prensa.

La diputada añadió que si el Gobierno que sustituirá al que viene de caer con la renuncia el lunes del primer ministro Sébastien Lecornu no es de la izquierda, el presidente se verá obligado a disolver la Asamblea Nacional, lo cual implica comicios legislativos anticipados.

También el secretario nacional de los comunistas, Fabien Roussel, estimó que Macron no tiene intenciones de responder al reclamo de la izquierda.

Él nos dijo que la Asamblea cuenta con 210 diputados del campo común (el oficialismo, sus aliados y el partido conservador los Republicanos) y que todos ellos están listos a gobernar juntos, precisó a periodistas a la salida del Elíseo.

Roussel reiteró la expectativa de ver un cambio cuando en las próximas horas el mandatario nombre al sustituto de Lecornu, quien se convirtió esta semana en el primer ministro más efímero de la V República, con 27 días en el cargo, y el tercero que cae en 10 meses, una crisis política sin precedentes en más de 70 años.

Tampoco el líder de los socialistas, Olivier Faure, dijo escuchar respuestas de Macron a las diversas interrogantes.

Si no se produce el cambio, habrá censura, amenazó.

La cohabitación política con el nombramiento de un primer ministro de la izquierda es la hipótesis más manejada en los medios como atenuante de la crisis en curso, aunque Macron tiene otras opciones, como designar a uno de sus aliados para el continuismo o apelar a un Gobierno técnico.

Antes de que culmine el día Francia debe conocer la decisión del jefe del Estado y la respuesta de los opositores, la que ya es clara de parte de Agrupación Nacional y La Francia Insumisa, fuerzas que no parecen dispuestas a dejar escapar la oportunidad de poner a Macron contra las cuerdas.

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