La confidencia del centrocampista afloró en la red social X, horas después de marcar un gol y ser uno de los jugadores más sobresalientes en la victoria del Flamengo por 3-2 sobre Palmeiras, en el campeonato brasileño de la disciplina.

El partido, una especie de final anticipada del torneo, avivó la lucha por el título nacional.

Los goles de la victoria fueron obra de De Arrascaeta, Jorge Luiz Frello Filho, apodado Jorginho, y Pedro Guilherme Abreu dos Santos (Pedro) en la primera parte. Por Palmaerias gritaron Vitor Roque y Gustavo Gómez.

En la plataforma digital, el uruguayo no proporcionó más detalles sobre el lugar, ni el incidente.

También el club también se sorprendió con la publicación e intenta esclarecer el hecho.

«Siete años en Flamengo. Primer intento de robo al salir del Maracaná. ¡Qué mal momento pasamos con la familia! Gracias a Dios, todos estamos bien», rasgueó Arrascaeta en X.

Camila Bastiani, su esposa, proporcionó más detalles en redes sociales.

«Desafortunadamente, los cariocas intentamos sobrevivir al salir de casa. Y lo digo porque todos los días salimos a la calle, pero tenemos miedo. Porque la vida aquí no vale nada, porque hay más armas que personas, porque encuentras un fusil en cada esquina, y porque si te matan, eres uno más», relató Bastiani.

Lamentablemente, intentaron robarnos al salir del estadio Maracaná. «Apuntaron con dos armas a nuestro coche», recalcó.

Señaló que la salvación la proporcionó tener un automóvil blindado y el intento de mantener la calma.

«Aunque lo pasamos fatal, gracias a Dios que solo fue un susto y llegamos a casa sanos y salvos», apuntó.

Este no fue el primer jugador de la plantilla actual del Flamengo en sufrir un intento de robo.

Tras regresar de un viaje a la Copa Libertadores, el portero argentino Agustín Daniel Rossi también vivió en mayo momentos de terror.

El arquero recibió cuatro disparos contra su coche en Linha Amarela, una de las principales avenidas de Río. Se salvó porque su vehículo también estaba blindado.

La violencia urbana y los asaltos a personalidades públicas o deportistas reflejan un problema más amplio de inseguridad ciudadana en Brasil: zonas poco patrulladas, vías de escape rápidas para los delincuentes, presencia de motoristas o motos usadas como vehículo de fuga y objetos de alto valor como relojes o automóviles de lujo, como blanco preferido.

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