En su habitual conferencia de prensa, la jefa del Ejecutivo mencionó la ampliación de capacidades a través de nuevos centros de detección, la compra de mil mastógrafos y la misma cantidad de ultrasonidos.

A ello se sumarán 20 centros de diagnóstico con personal de imagen y patología, así como 32 unidades hospitalarias de atención oncológica para las féminas, uno por estado, con el objetivo de garantizar la detección temprana de la enfermedad, primera causa de muerte en las mexicanas.

Según precisó, los 20 centros se añaden a los 64 existentes a distancia.

“De tal manera que se toma la radiografía y el ultrasonido, se envía digitalmente y ahí va a haber médicos especialistas que estén interpretando y de manera pronta le puedan dar su diagnóstico a la mujer”, explicó.

“Esto cambia por completo lo que se ha hecho en México. Esto realmente es un modelo de atención integral al cáncer de mama, desde la prevención hasta el tratamiento de las mujeres. ¿Cuánto cuesta esto? Cerca de ocho mil millones de pesos”, refirió la mandataria.

Adelantó que el país tardará alrededor de año y medio en contar con este modelo y subrayó el propósito de reducir para 2027 “de manera significativa el número de muertes de mujeres por cáncer de mama, porque se detecta a tiempo y se atiende a tiempo”.

El modelo contempla también la difusión de campañas educativas, la prevención de factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y el tabaquismo y una mastografía bianual a mujeres mayores de 40 años.

De acuerdo con datos oficiales, cada hora una fémina pierde la vida por este padecimiento y la población en riesgo asciende a 25,5 millones de ellas.

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