En un comunicado, la alcaldía del Distrito Central, municipio integrado por Tegucigalpa, la capital, y la ciudad gemela de Comayagüela, acordó bajar los niveles de alarma meteorológica que, durante las últimas cuatro semanas, se mantuvieron casi todo el tiempo en aviso rojo (emergencia).

Pese a la mejora de las condiciones climáticas, la comuna capitalina instó a la población a mantenerse atenta a los próximos boletines informativos con los pronósticos actualizados de precipitaciones para esa jurisdicción.

Equipos del consistorio, junto a cientos de integrantes de las Fuerzas Armadas, realizan labores de limpieza y recuperación en numerosos sectores de esta urbe que resultaron severamente afectados por el temporal.

Además, las autoridades brindan asistencia a más de mil personas que continúan albergadas en al menos 31 espacios habilitados para resguardar a decenas de familias que perdieron sus viviendas.

Honduras está considerada entre las naciones más vulnerables del mundo a fenómenos meteorológicos extremos, intensificados por el cambio climático.

Expertos sostienen que un 45 por ciento de su población, de 10 millones de habitantes, se expone a sufrir pérdidas durante la temporada lluviosa, que se extiende de septiembre a noviembre.

Emplazada en un valle rodeado de montañas y colinas y atravesada por varios ríos, Tegucigalpa cuenta con más de 600 colonias y barrios ubicados en zonas de alto riesgo, muchos de los cuales quedaron devastados por las fuertes precipitaciones que desde el pasado 29 de septiembre azotaron la urbe.

El Gobierno de Honduras asignó el pasado viernes 500 millones de lempiras (19,2 millones de dólares) para atender los daños y las necesidades primarias de la población afectada por las inclemencias climáticas.

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