Durante su estancia de dos días en esta capital, el mandatario se reunió con sus homólogos de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Malasia, Anwar Ibrahim.
Mediante sus redes sociales, Trump elogió los pactos comerciales firmados entre su país y Malasia, así como el Acuerdo de Paz suscrito entre el primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, y el primer ministro camboyano, Hun Manet, en su presencia.
Aunque calificó este último de acuerdo histórico, las discrepancias entre Tailandia y Camboya por la demarcación de las fronteras entre ambos países no están solucionadas.
De hecho, la reunión de la Comisión Conjunta de Límites entre Tailandia y Camboya culminó la semana pasada sin ningún acuerdo sobre las escalas de los mapas o los puntos de demarcación fronteriza.
Luego de esa cita, el gobierno tailandés acusó a su homólogo camboyano de distorsionar información sobre el evento.
El pleito entre estas naciones combina elementos históricos no resueltos pues la frontera entre Tailandia y Camboya fue cartografiada por Francia en 1907 (época colonial) pero sigue teniendo varios puntos sin demarcar, que han propiciado enfrentamientos a lo largo de los años.
La actual etapa de confrontaciones empezó el 24 de julio, con acusaciones mutuas de haber dado el primer disparo, y cobró la vida de 43 personas a ambos lados, entre ellos, varios civiles, además de causar decenas de heridos y el desplazamiento de casi 300 mil personas.
En este conflicto, ha sido crucial la mediación de Malasia -en calidad de presidente de la Asean en 2025- para el cese de la violencia y la adopción de un enfoque pacífico que emplee el diálogo como herramienta de gestión.
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