A través de un comunicado difundido hoy por la prensa congoleña, el Ministerio de Defensa Nacional y Asuntos de Veteranos culpó a los rebeldes, con ayuda de Ruanda, de atacar varias de sus posiciones y boicotear los procesos de paz en curso.
El portavoz del Ejército, el general de división Sylvain Ekenge, afirmó al leer la nota que las acusaciones de la AFC/M23 de agresiones de las Fuerzas Armadas contra posiciones de los insurgentes son falsas, y dijo que son los propios rebeldes los responsables.
Añadió que en lugar de ser blanco de operaciones del Ejército, lo que se ha producido es un refuerzo de las fuerzas de la coalición rebelde, tanto en personal como en equipo, procedente de Kigali, así como repetidos ataques contra las posiciones de las fuerzas leales a Kinshasa.
La AFC/M23, desde que se acordó el Mecanismo de Monitoreo del Alto el Fuego Permanente y la Verificación de Informes el 14 de octubre pasado, ha denunciado en varias ocasiones bombardeos y ataques de las Fuerzas Armadas congoleñas y sus aliados en la provincia de Kivu Norte.
Medios de prensa también han reportado estos ataques, fundamentalmente llevados a cabo por las milicias denominadas Wazalendo, pero con el uso de armas pesadas y drones.
Estas acusaciones, sin embargo, fueron refutadas en el comunicado, donde también señalaron que la población que vive en las zonas ocupadas por la AFC/M23 sufre graves atrocidades y violaciones de los derechos humanos, y a menudo es utilizada como escudo humano por los rebeldes.
“El gobierno de la República tiene el deber sagrado de proteger a su población y no puede, bajo ninguna circunstancia, someterla a más sufrimiento”, sostuvo la nota y agregó que la principal preocupación sigue siendo la restauración de la integridad del territorio nacional.
“Las Fuerzas Armadas de la República permanecen movilizadas, disciplinadas y comprometidas con la defensa de la integridad territorial, la protección de la población civil y el restablecimiento de la paz en todas las zonas ocupadas”, apuntó el texto.
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