La primera ministra congoleña, Judith Suminwa, remarcó que el regreso de las operaciones al aeródromo es una prioridad humanitaria estratégica y debe llevarse a cabo dentro de un marco seguro y coordinado.
Durante la reunión del Consejo de Ministros, efectuada la víspera, la jefa de Gobierno insistió en que esto debe ocurrir bajo la autoridad de las instituciones nacionales, para garantizar la continuidad de la cadena de suministro humanitario y la protección de la población civil.
Indicó a los ministros de Asuntos Exteriores, Cooperación Internacional, Francofonía y Diáspora, y de Asuntos Sociales y Acción Humanitaria, que cada uno dentro de sus respectivas áreas de responsabilidad mantuvieran una coordinación estrecha y sostenida con los actores humanitarios.
La intención, añadió, es preservar las vías de acceso y garantizar la continuidad de la ayuda esencial, incluso en zonas donde la presencia del Estado sigue siendo limitada.
Suminwa también solicitó al vice primer ministro y titular de Transporte, Comunicaciones y Desarrollo Rural la supervisión rigurosa de la apertura del aeropuerto de Goma exclusivamente para vuelos humanitarios.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció la inminente reapertura del aeropuerto de Goma, durante la Conferencia Internacional para la Paz y la Prosperidad en la Región de los Grandes Lagos celebrada en París el 30 de octubre.
Dicha terminal aérea permanece cerrada desde finales de enero, cuando los rebeldes de la Alianza del Río Congo-Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23), con ayuda de Ruanda, tomaron la ciudad.
Abrir el aeropuerto es una necesidad humanitaria planteada en todos los procesos de paz y foros sobre el tema, pero a pesar del anuncio del presidente Macron y las disposiciones gubernamentales congoleñas, el enclave continúa bajo control de los insurgentes, quienes se mostraron asombrados pues nadie consultó con ellos sobre el particular.
El coordinador político de la AFC/M23, Corneille Nangaa, calificó el asunto como “desconectado de la realidad sobre el terreno”, pues fue una decisión tomada sin consulta previa en un contexto donde las Fuerzas Armadas congoleñas continúan bombardeando las zonas controladas por los rebeldes.
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