«Ahora estoy bastante seguro de que esa cifra (de fallecidos) aumentará (…) Esperamos que no aumente mucho más», señaló Beshear este miércoles en una conferencia de prensa en el Capitolio estatal al actualizar sobre el accidente que dejó un saldo de varios heridos.
Dijo que durante la jornada tendrán una idea más clara de si todavía hay algún desaparecido, pero no esperan encontrar sobrevivientes en el transcurso del día.
El gobernador, quien movilizó a la Guardia Nacional, explicó que se «están empleando una cantidad significativa de recursos en las labores de búsqueda y rescate», mientras la investigación está en curso.
La aeronave se precipitó poco después de despegar la tarde de este martes, dejando una estela de destrucción y un campo de escombros de casi un kilómetro de largo.
En un inicio se habló de tres fallecidos, luego siete y es un número que aún podría seguir variando a medida que avance la pesquisa.
El equipo de investigación de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, sigla en inglés) recuperó las cajas negras del avión que contienen la grabadora de voz de la cabina y la de datos de vuelo.
Entretanto, los vuelos de pasajeros con origen y destino en Louisville comenzaron a reanudarse paulatinamente, aunque se ven afectados por los retrasos.
La aeronave con destino a Honolulu se impactó contra dos negocios próximos a la terminal aérea y tras el choque inicial se registraron varias explosiones. El aparato llevaba 38 mil galones de combustible.
Las imágenes que circulan muestran un rastro de destrucción y una enorme columna de humo negro y espeso que al parecer se extendió en un radio de casi un kilómetro.
El jefe del Departamento de Bomberos de Louisville, Brian O’Neill, dijo que sobre las 22:30 (hora local) el incendio originado por el trágico incidente estaba casi controlado.
Un comunicado de la Administración Federal de Aviación (FAA, sigla en inglés) precisó que el vuelo 2976 de UPS se estrelló poco después de las 5 p.m. hora local y se dirigía al Aeropuerto Internacional Daniel K. Inouye en Honolulu. La FAA participa con la NTSB en la investigación.
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