La integrante del equipo legal del ex vicemandatario afirmó que tras una reunión telemática este martes, encontró a Glas “extremadamente debilitado, angustiado y con una resignación que golpea”.
Sostuvo que su situación “no es una detención, es un escenario de deterioro acelerado, incompatible con la vida y con cualquier estándar mínimo de humanidad”.
Según describió, Glas enfrenta falta absoluta de agua potable, encierro permanente, condiciones insalubres, ausencia de atención médica y una administración irregular de medicamentos que calificó como “polifarmacia extrema”.
“No tengo agua”, relató que repitió el ex vicepresidente con la voz casi en un susurro.
La defensora aseguró que por las noches no existe el líquido vital “ni para el inodoro”, que la deshidratación “ya es evidente” y que Glas permanece encerrado 24 horas al día, sin luz natural, con una lámpara blanca encendida todo el tiempo que le impide dormir.
“Su cuerpo y su mente están siendo sometidos a un encierro total”, denunció Vera.
Añadió que el colchón está envuelto en plástico, que “lleva ocho días con la misma ropa”, que no tiene sábanas ni toalla y que “está pasando hambre” debido a que no existe economato ni se autorizan insumos básicos.
También indicó que comparte una celda para cuatro personas “en condiciones insalubres”, sin posibilidad de actividad física mínima ni asistencia médica básica, una situación que catalogó como una “bomba de tiempo” para alguien con múltiples enfermedades preexistentes.
En uno de los momentos del testimonio dijo que Glas reconoció que “estaba mejor en La Roca”, prisión donde permaneció hasta el pasado 10 de noviembre, y que ahora está peor a pesar de la reciente sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que exigió a Ecuador proteger la integridad de Glas y prohibían su exposición pública.
La denuncia llega días después del operativo de la pasada semana, cuando el Gobierno divulgó imágenes del traslado de Glas a la nueva prisión en el contexto de la campaña electoral previa al referéndum y consulta popular.
El expresidente Rafael Correa acusó al mandatario Daniel Noboa de montar un “show”, mientras que la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, expresó su solidaridad y pidió que “se haga justicia de verdad”.
Glas, considerado por sus seguidores como un símbolo del lawfare en Ecuador, obtuvo prelibertad en noviembre de 2022 tras la unificación de penas por los casos Odebrecht y Sobornos, aunque la medida fue posteriormente revertida.
Más tarde fue condenado a 13 años por supuestas irregularidades en contratos de la reconstrucción tras el terremoto de 2016.
Entre diciembre de 2023 y abril de 2024, permaneció en la embajada de México en Quito hasta que fuerzas policiales ingresaron por la fuerza a la sede diplomática para detenerlo, pese al asilo otorgado por ese país.
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