Las fuerzas federales desplegaron un nuevo operativo policial ante la manifestación de los jubilados aunque en esta ocasión les permitieron marchar sin represión a diferencia de miércoles anteriores en los que violencia de los cuerpos de seguridad causaron decenas de heridos, más detenidos.
Convocados por la Unión de Trabajadores Jubilados En Lucha (UTJEL), cientos de manifestantes de la tercera edad acompañados por miembros de organizaciones sociales y gremios presentaron esta tarde un petitorio frente al Congreso con diversos reclamos, y luego encaminaron los pasos hacia Plaza de Mayo donde se congregaron en gran multitud al caer la noche.
En la petición con miles de firmas contra el ajuste del gobierno de Javier Milei, UTJEL demanda una jubilación mínima de millón 250 mil pesos (877 dólares) proporcional en todas las escalas.
También que se respete la canasta básica total de la tercera edad; la movilidad previsional bimestral, sin techo ni tope, y aumento de las patronales e igual compensación etaria a mujeres desde los 55 años y varones desde los 60 años.
Los jubilados, además, rechazan la reforma jubilatoria, el aumento de edad para pasar a integrar el sector pasivo, la supresión de regímenes especiales y contra la represión que sufren cada miércoles.
Paralelamente, miles de trabajadores estatales acompañados por miembros del sindicato de aceiteros y desmotadores se movilizaron hacia la Secretaría del Trabajo en la Avenida Leando Alem 650 contra la reforma laboral que proyecta imponer el ejecutivo que preside Milei.
Realizaron la medida de fuerza a pesar de la denuncia penal que interpuso el gobierno el domingo a través de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, contra el dirigente de la Asociación de Trabajadores Estatales (ATE), Rodolfo Aguiar.

“Hoy empezamos a resistir, y si para frenar esta reforma laboral es necesario que salgamos a las rutas durante la navidad y año nuevo, lo vamos a hacer”, aseguró Aguiar quien afirmó que afirmó que el paro de empleados públicos que acompañó la movilización tuvo más de 90 por ciento de acatamiento.
ATE también exige la convocatoria inmediata de negociaciones para un nuevo contrato de trabajo que contemple mayores salarios para hacer frente a la creciente inflación que en octubre volvió a subir (2,3%) y se vaticina volverá a crecer en noviembre debido al notable aumento del precio de las carnes.
Los gremios rechazan varios puntos del proyecto de reforma laboral como la extensión de la jornada laboral a 12 horas, el pago de indemnizaciones en cuotas, acuerdos de trabajo por empresa en lugar de por actividad, aumentos salariales por productividad, entre otros. La Casa Rosada prevé presentarlo al Congreso luego del 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos legisladores.
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