Andrew Schwartz, director ejecutivo del Centro de Estudios de Procesos y coeditor de la Revista Americana de Estudios de la Eco-Civilización, criticó el modelo económico actual que equipara riqueza con bienestar y crecimiento con progreso.
El experto estadounidense señaló que este modelo ha generado una economía que daña los ecosistemas al priorizar activos financieros abstractos sobre necesidades reales como alimento, agua, vivienda y relaciones humanas.
Propuso distinguir entre “riqueza real” -bienes esenciales para la vida- y “riqueza fantasma” -activos financieros sin valor material-, y abogó por una economía centrada en la vida.
Citó el enfoque chino en el desarrollo centrado en las personas y la metáfora del presidente Xi Jinping sobre que “las aguas claras y las montañas verdes son tesoros invaluables” como guía para armonizar economía y ecología.
Schwartz inspiró su propuesta en el pensamiento tradicional chino, especialmente en el concepto de Qi, que anima toda la existencia y promueve abundancia y estabilidad.
Subrayó que un sistema financiero basado en la especulación genera escasez e inestabilidad, mientras que una economía centrada en la vida convierte el capital en valor circulante que beneficia a las personas y al planeta.
Por su parte, Liu Minru, vicedirectora del Departamento de Planificación e Investigación del Instituto de Historia y Literatura del Comité Central del Partido COmunista de China, afirmó que las personas son el eje central en la evolución de las civilizaciones, y destacó el rol histórico de la Ruta de la Seda en la integración cultural y económica entre regiones.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta, a la que pertenecen más de 150 naciones, ha movilizado más de 1,3 billones de dólares en inversiones desde su lanzamiento en 2013, según datos del Ministerio de Comercio de China.
En la actualidad es uno de los mayores marcos de cooperación internacional en infraestructura y desarrollo inclusivo.
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